Jesús realizó milagros y enseñó el mensaje del reino de Dios para que
las personas encuentren la verdadera felicidad y la salvación completa.
2.1 El misterio de Jesucristo
Jesús es el Mesías Salvador prometido por Dios en el Antiguo Testamento (Lc 7, 18-23). En Él, la humanidad y la divinidad están tan
unidas que no se pueden separar.
Este es su mayor misterio: ser verdadero hombre y verdadero Dios.
Y se le llama Jesucristo para expresar este misterio, la encarnación de
Jesucristo como Dios y hombre.
Cristo significa «Ungido» y «Mesías».
Jesús es el Cristo porque «Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y lo llenó de poder» (Hch 10, 38).
El nombre de Cristo se utiliza para resaltar su divinidad, como Hijo
único de Dios, y el de Jesús de Nazaret para indicar su dimensión
histórica y humana, perfecta y ejemplar.
Jesús es el Hijo de Dios y el Mesías prometido por Él para comunicar su buena noticia: «Está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1, 15).
Por ello, enseñó que:
❚ El reino de Dios es el mensaje de felicidad y salvación completa
de Dios, que Jesús enseñó: con su presencia, sus comportamientos
(milagros, gestos de amor…) y sus palabras (parábolas, Bienaventuranzas, anuncios sobre el fin de los tiempos, el mandamiento del
amor…).
❚ El reino de Dios es la presencia de Dios en la tierra: a través de la
persona de Jesucristo y de su mensaje de salvación definitiva.
❚ El mensaje del reino de Dios: propone que amemos a Dios, a los demás y a uno mismo: «Amémonos unos a otros, ya que el amor es de
Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien
no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor» (1 Jn 4, 7-8).
Jesús fue un sanador de enfermedades corporales y mentales. Tenía
una inexplicable capacidad para curar y realizar milagros: devolver
la vida a los muertos (Lázaro…); curación de enfermos (leprosos, paralíticos…); curación de posesos (endemoniados…); dar de comer a
multitudes (la multiplicación de los panes y los peces…); y dominar la
naturaleza (convertir el agua en vino…).
Sus milagros confirman su mensaje. Enseñan la presencia de este reino de Dios en la tierra y en la vida de las personas. Muestran que posee el mismo poder de Dios. Son gestos eficaces de Dios que curan,
liberan y ayudan a tener fe en Dios. Y, son hechos históricos con un
significado simbólico y religioso. Por ejemplo, la curación de la ceguera de Bartimeo (Mc 46-52), representa también la curación para
«ver» la vida desde la fe.
2.4 El reino de Dios y la Iglesia
Jesús encargó a los doce apóstoles la misión de enseñar el reino de
Dios, perdonar los pecados, bautizar y gobernar la Iglesia. Y eligió a
San Pedro el máximo responsable (Mt 16, 19). Desde entonces, la Iglesia anuncia el reino de Dios y lo hace crecer en la tierra, hasta que se
complete con la venida de Jesucristo al final de los tiempos.
2.5 Cómo se construye hoy el Reino de Dios
El Reino de Dios se construye en la Tierra cuando se practican los Mandamientos: «Quién los cumpla y enseñe será grande en el reino de los
cielos» (Mt 5, 19). Y se le hace crecer cuando se realizan buenos comportamientos y valores: «El reino de Dios no es comida y bebida, sino
justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo; el que sirve en esto a Cristo es
grato a Dios, y acepto a los hombres. Así, pues, procuremos lo que favorece la paz y lo que contribuya a la edificación mutua» (Rom 14, 17-19).
Jesús en los Evangelios
Los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, contienen relatos
que muestran la naturaleza divina
y humana de Jesús.
Algunos textos expresan su naturaleza divina:
Jesús, Dios con nosotros (Mt, 1,
23); tiene poder para perdonar los
pecados (Mt 9, 6); es de la misma
naturaleza que su Padre Dios (Jn
20, 17); resucita y se aparece resucitado (Mt 21, 16; 16-20); etc.
Y otros textos muestran su humanidad: Jesús, creció en estatura
y sabiduría (Lc 2, 52); lloró por la
muerte de Lázaro (Jn 11, 35); sufrió (Jn 12, 27); etc. Así lo enseña
la Iglesia: «El Hijo de Dios (…) trabajó con manos de hombre, pensó
con inteligencia de hombre, obró
con voluntad de hombre, amó con
corazón de hombre.
Nacido de la
Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, excepto
en el pecado» (Concilio Vaticano II
(1966): Gaudium et spes —Sobre la
Iglesia en el mundo actual— nº 22).
1 En pareja, realizad las siguientes actividades:
a) Leed y resumid cada apartado.
b) Expresad ejemplos sobre la naturaleza divina
y humana de Jesús.
c) Escribid dos diferencias entre la humanidad y
divinidad de Jesús.
d) Leed y explicad a la clase vuestras respuestas
sobre uno de los apartados.
e) Participa en el debate para aclarar las dudas
de los compañeros de clase.
2 Ejemplificar. Lee y completa cada frase
con algún ejemplo actual:
a) Tres valores y comportamientos que hacen
crecer el reino de Dios son…
b) Yo construyo el reino de Dios en mi vida diaria cuando…
3 Busca en internet un mensaje cristiano sobre la felicidad y coméntalo.
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